Una fotografía es mucho más que la representación estática de la realidad en un momento concreto. Es el resultado de una interacción compleja entre la luz y los objetos, una danza de ondas electromagnéticas que se reflejan y convergen en un solo instante.
Cuando hacemos zoom in, entramos en los detalles microscópicos de esa interacción, los pequeños matices que componen el todo. Pero hay algo más interesante aquí: el cerebro, al igual que una cámara, también enfoca en lo que considera importante. Filtra información, enfoca y, muchas veces, ignora lo que ocurre en los márgenes.
El cerebro humano solo procesa una pequeña fracción de la información que recibe. Nos centramos en lo que es más llamativo o urgente, pero dejamos fuera todo lo demás. Sería imposible procesar toda la información que nuestros sentidos deberían percibir y comunicar, además de consumir demasiada energía “innecesaria”. Sin embargo, cuando nos forzamos a mirar con mayor detalle, activamos áreas del cerebro que están asociadas con el pensamiento crítico y la creatividad. Esto nos permite ver conexiones ocultas, historias que estaban latentes pero no visibles a primera vista.
🤔 ¿Cuánto de la realidad nos estamos perdiendo simplemente por no mirar más de cerca? En cada escena, cada problema o cada decisión, hay una historia secundaria, una narrativa paralela que se desarrolla detrás de lo que creemos que es el foco principal. Esos detalles, aunque pequeños, suelen contener la verdadera esencia del momento o explicarnos otra historia, en ocasiones, maravillosa.
En el liderazgo, hacer zoom in es esencial. Los grandes líderes no solo ven lo obvio; observan las pequeñas señales y cambian su punto de fuga para ver otras cosas, esas que a veces parecen insignificantes, pero que revelan verdades más profundas. Es en esos pequeños matices donde se encuentran las oportunidades más grandes. Un cambio sutil en el comportamiento de un equipo, un comentario aparentemente trivial de un cliente, un dato que pasa desapercibido en un informe, una loonshot de manual que hace descuadrar la estrategia preconcebida… todos estos son indicios de algo más grande que, si no analizamos con atención, perderemos de vista.
Como decía Aristóteles, “el todo es más que la suma de sus partes”. Pero esas partes, esos detalles minúsculos, son los que nos permiten comprender el todo de manera más completa o descubrir que no solo hay un todo. Ignorarlos es como dejar fuera una parte vital de la historia.
¿Has hecho zoom in en la última fotografía de tu móvil? Quizá descubras algo nuevo, algo mágico o inesperado… o tal vez algo que simplemente estaba ahí esperando ser visto.